Ahmadineyad acusa a Occidente de quitarle las ganas de ejecutar homosexuales

Crece la tensión Oriente Medio-Largo con las últimas declaraciones del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, en las que afirma sentirse apático y deprimido por la constante propaganda occidental en contra de la cultura musulmana. Más concretamente, el dirigente islámico acusa a los occidentales de afectar a su idealizada concepción de un mundo árabe puro y limpio de homosexuales.

"Hasta ahora, siempre que veía imágenes de Al-Andalus de carrozas de homosexuales en un día de fiesta para ellos, se acrecentaban mis instintos genocidas. En mis días de mal humor, cuando había problemas con la fabricación de mis bomb... quiero decir cuando había problemas de fusión en el reactor de las afueras de Teherán, mandaba colgar unos cuantos de estos desviados traidores de la fé. Pero todo ha cambiado, y es por culpa de esa condenada televisión americana de infieles", comenzaba el presidente. Es un secreto mal guardado que Ahmadineyad es un adicto a las series, resulta bastante común verle bromear en un entrevista seguido de la palabra "Bazinga!", tiene un poster de Olivia Wilde con burka en su habitación y estuvo a punto de declarar una guerra a Israel o a quien fuera cuando vio el último capítulo de "Perdidos".

"Todo empezó por mi odiosa afición a los musicales. Empecé a ver "Glee" y salía ese afeminado de Kurt... Y yo... En el fondo entiendo su sufrimiento, yo también soy un incomprendido. Aunque cuando se besó el muy maricón, volví a entrar en razón. Pero los americanos contaban con otra arma, y esa era "Modern Family". El dúo de desviados que usan aquí en contra de la buena actitud del Islam, consiguen hacer que me replantee mis posturas (las mentales, no las de cama infiel pervertido). Cam y Mitchell son una pareja entrañable y muy divertida. Se aman por encima de todas las cosas, igual que yo amo a Alá. Después nos llegó la muerte del libertador Bin Laden, con el que también charlaba sobre la serie. La verdad, reconozco que me siento derrotado moralmente. Ahora mismo me siento incapaz de mirar a los ojos a un sarasa y ordenar su ejecución. Siento que son como personas de verdad. Hasta he soñado con que nuestro imanes también eran homosexuales como los sacerdotes cristianos", añade Ahmadineyad.

"No sé qué medidas voy a tomar para que Irán vuelva a ser una nación limpia de plagas de infieles, pero para equilibrar la balanza, debo decir que siento un renovado odio por los latinoamericanos. Aunque aquí no tenemos ninguno, quiero que sepan que no serán bienvenidos por muy pecaminosos que sean sus cuerpos, como el de Gloria".

Ante la comprometida intervención de un periodista, que ante la evidencia de que el problema era sólo suyo, le sugirió que abandonara el poder, el primer ministro de la República Islámica de Irán ordenó que fuera llevado a un foso sin luz. "No permitiré que se adentren en nuestras fronteras nuevas infecciones occidentales como la libertad de expresión, la democracia real (o su variante, la que usan casi todos). Tampoco toleraré más impertinencias como las de la periodista española Ana Pastor. La erección que me provocó no compensa el mal rato que me hizo pasar. Ahora, si me disculpan, me voy a ver 'Juego de Tronos'", concluyó Mahmud Ahmadineyad.